Víctimas de ETA

Más de 30.000 policías y guardias civiles piden a la Justicia que prohíba el homenaje al etarra Parot

Henri Parot
Henri Parot
Luis Miguel Montero

Más de 30.000 policías y guardias civiles han pedido al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) que adopte medidas especiales para impedir la celebración de una marcha en favor del miembro de ETA Henri Parot en Arrasate (Guipúzcoa) el próximo día 18 de septiembre.

En el recurso presentado ante la sala de lo contencioso-administrativo por la asociaciones Jupol y Jucil, que representan a 12.000 guardias civiles y 26.000 policías se pide que por respeto a las víctimas y a sus familias se prohíba esta celebración y se recuerda que Henri Parot es un asesino, un terrorista condenado a casi 4.800 años de prisión y que, el mero hecho de que se le homenajee, mientras se pisotea y se humilla a sus víctimas, no es más que un acto que deja claro que los presos etarras y quienes les homenajean gozan de impunidad a la hora de enaltecer su historia, su terrorismo y todos sus actos.

Entre los argumentos expuestos en el recurso se razona que este acto aprobado por el Gobierno del País Vasco para homenajear a Henri Parot carece de legitimación, en tanto en cuanto «vulnera, menoscaba, daña, hiere, perjudica y lastima a sus víctimas, ya sean mortales o no, y a todas las propias víctimas del terrorismo en el Estado español», se añade en el escrito.

La  medida cautelar que se pide recoge también como elemento argumental que el artículo 578 del Código Penal, que condena el enaltecimiento o la justificación del terrorismo, así como el menosprecio y humillación de sus víctimas sanciona, como bien se ha dispuesto, dos conductas diferenciables que son: por un lado, o, el enaltecimiento o justificación del terrorismo o de sus autores, y por otro, la emisión de manifestaciones o la realización de actos de desprecio, descrédito o humillación de las víctimas de delitos terroristas, contando esta última figura con perfiles propios definidos y distintos de la anterior.

En el escrito se evidencia que se trata, «de un delito el cual podría ser cometido con la celebración de la marcha solidaria para homenajear al terrorista Henri Parot, enaltecer y justificar su terrorismo, humillando, desacreditando y despreciando a sus víctimas y a todas las víctimas del terrorismo español».

Ernesto Vilariño, secretario general de Jucil afirma que “el odio de los radicales está presente y hacen lo posible para que reaparezca de manera sutil, pretendiendo mostrar a los etarras como víctimas y hacer suya la tesis del derramamiento de sangre como justificación para conseguir la independencia del País Vasco”.

Culto a un asesino

“ETA asesinó impunemente a aquellos que no comparten sus ideas”, ha remarcado Vilariño “y por convicción estamos obligados a denunciar este acto en el que se quiere ensalzar y reconocer a un etarra, uno de los más despiadados, cruel e inhumano que aplicó la pena capital a policías y guardias civiles”.

Por su parte, desde Jupol, su portavoz nacional, Pablo Pérez ha calificado de “incomprensible y reprobable que se haya autorizado la celebración de este homenaje a uno de los más sanguinarios asesinos de ETA y de la historia de España”. Para Pérez asegura que esta celebración supone “reabrir viejas heridas, así como supone un ataque directo y una falta de respeto y de moralidad para todas las víctimas del terrorismo, para las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y para todos los ciudadanos que quieren vivir en paz y respetan y defienden el Estado de Derecho”.

El portavoz de JUPOL asegura que “sería inconcebible que se celebrara un homenaje a los terroristas del 11-M” y asevera que “algo así es lo que está haciendo el Gobierno Vasco con la autorización de este tipo de eventos de enaltecimiento de los terroristas de ETA”.

Jucil y Jupol  recuerdan que después de más de 3000 atentados, 864 asesinatos y 7.000 víctimas directas, así como miles de represaliados con profundas heridas psicológicas, «como servidores del Estado de derecho que somos podemos afirmar con rotundidad que el legado de ETA es Sangre, Muerte, Dolor y Lágrimas y que con estos hechos se demuestra que ETA no ha muerto, sigue viva y es adorada en akelarres fanáticos protagonizados por enfermos del sectarismo y por una parte, afortunadamente residual de la sociedad vasca y navarra. Es incomprensible que se puedan autorizar actos para recibir como héroes a asesinos de tantos españoles, entre ellos a 243 guardias civiles y muchos de sus hijos».

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